viernes, 29 de marzo de 2013

Salida a Cangas de Onís


¡Hola viajeros!

Ante la propuesta de Noemí de visitar el zoo La Grandera en Cangas de Onís me han pedido que, como miembro del reducido Frente Astur del Colegio Atalaya, os de mis recomendaciones sobre la zona.

Covadonga es un sitio de obligado peregrinaje en Asturias, así como Altamira lo es en Cantabria, así que cualquier asturiano se ve arrastrado hasta allí por las excursiones del cole, las de la parroquia, la familia y, al final, acabas sorprendiéntote yendo por iniciativa propia porque Covadonga tiene ese “algo” que te atrapa, vas por la carretera sorteando curvas, árboles y vacas y de repente, a la vuelta de una curva, te encuentras como en el fondo de un precipicio con la basílica en lo alto y la cueva más arriba todavía, y uno se ve allí abajo y se siente tan pequeño...

Covadonga tiene una carga histórica muy fuerte, pues no solamente marca el inicio de la reconquista y la primera victoria cristiana frente al islam, sino que también representa (y esto no es tan conocido) la unión de Asturias y Cantabria, pues a ella llegaron huyendo de los moros Pelayo por un lado y el duque Pedro de Cantabria por otro, juntos lucharon y juntos vencieron.

Pelayo tuvo dos hijos: Favila y Ermesinda.
Favila fue rey desde la muerte de Pelayo hasta que le mató un oso en una cacería (los republicanos asturianos celebraron el homenaje al oso regicida el día de la boda de Felipe y Letizia y han creado tradición, ya llevan nueve aniversarios). 
Ermesinda se casó con el hijo del duque Pedro de Cantabria, que tras la accidentada muerte de Favila se convirtió en Alfonso I, y de esta unión de casas Astur-Cántabras nacerían linajes de reyes.


Una vez concluída la exposición histórica pasamos a la descripción de la ruta:

Hay varias rutas para llegar hasta allí y según el buscador que pongáis os saldran unas u otras, algunas hasta más cortas, a mí la que más me gusta por el tipo de carretera es la siguiente, que toma una hora y media aproximadamente desde Santander:
 
Se toma la autovía del cantábrico (A-8) y se toma la salida 326 a la altura de Ribadesella (ya indica que es la salida a Cangas de Onís, Arriondas y Covadonga). Se sigue por la N-634 hasta llegar a Arriondas. Estas dos ciudades, Ribadesella y Arriondas, son también muy populares por la cantidad de borrachos que pueden albergar cada agosto en el descenso internacional del Sella.

A la entrada de Arriondas en una glorieta se toma la carretera N-625, que será la que nos lleve hasta Cangas de Onís. En esta carretera pasaréis por un pueblo que se llama Las Rozas, al final de la recta donde está el indicador de Las Rozas vais a ver otro indicador que señala la proximidad del Parador de Cangas de Onís, pues la casa que hay justo enfrente de esa señal (en la acera de enfrente, a nuestra izquierda) es la casa parroquial del sacerdote que lleva toda esa zona. Esto lo sé porque me casé en el Parador de Cangas de Onís y tuve que ir allí a pedirle al sacerdote los papeles. Esa casa es preciosa, es la típica casona asturiana, de piedra y madera, con su hórreo y todo. El sacerdote era un entusiasta de las antigüedades, la jardinería y los animales. El interior de la casa haría las delicias de cualquier anticuario, el jardín estaba plagado de todo tipo de flores y enredaderas, que llegan a la acera por encima del muro de piedra, y animales... perdí la cuenta de los animales que tenía aquel hombre, tenía hasta un mono en su jaula que se ve porque está al lado de la acera sobre el muro y pegada al edificio del vecino (que es de piedra abajo y fachada azul arriba). La finca se llamaba “El arca de Noé” nada más apropiado.

Un poquito más adelante, vais a pasar por el Parador, realmente está en pueblo Villanueva y queda en la margen izquierda de la carretera. La semana pasada salió en la prensa del corazón porque apareció por allí la tía de Letizia dando la nota en un reportaje a todo color.

Después del Parador viene Cangas de Onís y allí el trámite es sacar la foto en el puente romano, aunque no es romano, lo mandó construir Alfonso XI en el siglo XIII, pero lo llaman así y punto. ¡Ojo! que si vais el domingo es día de mercado y el tema del aparcamiento se puede complicar.

En Cangas tomáis la carretera AS-114 que lleva a Covandoga y a mitad de camino está Soto de Cangas, que es donde está el zoo. Por esa carretera hay que ir con cuidado porque igual os puede salir alguna vaca o algún caballo a la carretera. Hay un sistema lanzadera de autobuses se suben a Covadonga y a los lagos desde Cangas de Onís, con varias paradas en el camino para dejar los coches y poder evitar el colapso en el santuario, personalmente desde que existe este servicio no lo he usado nunca y siempre subí el coche hasta arriba del todo, pero tampoco eran épocas de mucho turismo. .

En cuanto al tema gastronómico, el bocata me parece la mejor opción, aunque lo que sobran son sitios para comer.

Por lo que a mí me toca poco más os puedo contar, que lo paséis bien, que tengáis suerte con el tiempo y con la carretera y que volváis a casa de una pieza. Espero haber podido ayudaros en algo.


Feliz viaje,

Belén.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Crónica de carnavales: Resaca de la fiesta (y III)


Una vez tratados los acontecimientos y adversidades que rodearon la celebración del “Atalaya Fashion Carnival  Friday” y la descripción de los mejores momentos de la alfombra roja en la entrada del “Atalaya Pavillium”, en esta última crónica vamos a detallar los momentos estelares de la celebración.

A las 15 horas comenzaba la llegada de los protagonistas. La banda de “Alí Babá y los 40 ladrones“ salieron de la cueva en misión de reclutamiento, emplearon la estrategia de “Divide y Vencerás”  y cada clase fue sometida por un bandido. Luis se puso al frente de la música y consiguió, como hiciera el flautista de Hamelin, que todos desfilaran como hipnotizados en fila india, empezando por los más pequeños y terminando por los familiares que también estaban disfrazados. Para salir al “Atalaya Arena” había que pasar por un pasillo formado por zamarrones que trataban de sacar a las víctimas del trance a correazo limpio, imagino que a los pequeños les darían suave, pero doy fe que a los mayores nos arrearon de lo lindo.


Terminado el desfile los protagonistas rompieron filas y fueron perseguidos por los zamarrones, que sacudían con ansia a todo infeliz que se pusiera al alcance de su brazo. Más tarde saltó a la arena la vaca morena de la ganadería de Victorino Martín, los de infantil se colaron por los burladeros al patio cubierto huyendo del peligro y del frío, pero los demás corrían como en los Sanfermines y maldito el frío que tenían.

Llegó después la hora de mantear los peleles y al grito de:
           
Tu madre te quiere,
tu padre también,
arriba el pelele,
arriba con él



En esta ocasión los peleles fueron indultados y se libraron de la pira, ya que arreciaba mucho el aire y no era plan quemar Santander de nuevo 70 años después.

Muerto el burro, la cebada al rabo y lectura de testamento, los tres lectores de las últimas voluntades se enchufaron pilas duracell y leyeron y leyeron y leyeron... Momento en el que la veteranía es un grado, ya que la atención que se presta a la lectura del testamento es proporcional a la antigüedad que se tenga en el cole, pues es un poquillo difícil captar una copla de un profe que aún no te ha tocado.

Volvió Luis a ponerse al frente de la música y, cual encantador de serpientes, consiguió que todos los alumnos y algunos padres se movieran al compás de músicas de actualidad y de otros clásicos.


 Después de tanto ejercicio los camareros oficiales de la AFA sirvieron el catering (refresco + chuches) y los alumnos se replegaron por cursos para recoger su ración y sentarse en corros a digerir la jornada.

Una vez finalizado el programa oficial pasó como en las bodas, que unos se van en cuanto se acaba la cena y otros lo hacen cuando se cierra el chiringuito. Poco a poco se fueron yendo los protagonistas, disfrutando el inicio del carnaval, imaginando lo que sucedería en los siguientes días de fiestas … y pensando ya cuál será el disfraz del año que viene.