lunes, 19 de enero de 2015

Tengo, tengo, tengo… ¿quieres?


Tengo, tengo, tengo…
tú no tienes nada.
Tengo un montón de cosas…
que ya no me valen para nada.

Ese es el pan nuestro de cada día cuando hay gente menuda por casa, montones de cosas que se nos quedan pequeñas que, para más dolor, muchas veces están nuevas y flamantes, aunque también es cierto que en otras ocasiones quedan hechos unos zorros y no las reconocería ni el fabricante.

Cuando se agota la lista de “hermanos herederos” nos da pena tirar cosas que todavía pueden tener un uso, por lo que tiramos de hermanos, amigos, vecinos, un primo de Cartagena… y así vamos dando paso a la ropa, juguetes, sillas de seguridad del coche y mil y un accesorios necesarios en ocasiones, pero que ocupan un sitio de agárrate y no te menees.

Desde el blog del AFA se va crear una sección, llamada El Rastro de la Atalaya, donde trataremos de servir de nexo entre aquellas familias que quieran desprenderse de cosas y de aquellas otras que lo necesiten, siempre sin ánimo de lucro, de forma que podamos dar una alternativa distinta del cubo de la basura a cosas como, por ejemplo, el chándal del colegio o la silla del coche.

Esperamos que esta iniciativa sea útil  y nos ayude en unas ocasiones a ahorrar y en otras a reciclar.